En la mitología griega Anteros (Ἀντέρως / Antérōs) es la personificación del amor correspondido y a la vez el vengador del amor sin correspondencia. Es uno de los Amores (Erotes). Su madre, Afrodita, lo dio a su hermano Eros, que estaba solo, como compañero de juegos. Originalmente Anteros se opuso a Eros y luchó contra él, conflicto que también se concibe como la rivalidad existente entre dos amantes. Anteros castigaba a los que desdeñaban y no correspondían al amor de otros, por lo que es el vengador o deus ultor de Eros.
Tan sólo los autores romanos le dieron una genealogía a Anteros. Cicerón dice que la tercera Afrodita es hija de Zeus y Dione, esposa de Hefesto y madre de Anteros por Ares.[1]Eliano refiere que Anteros nació del amor mutuo que se profesaban Poseidón y Nerites.[2]
En Malto, uno de los gimnasios de Elis, también hay también altares de dioses: hay un busto de Heracles y en una de las palestras un relieve con Eros y el llamado Anteros. Eros tiene una rama de palmero y Anteros intenta quitársela.[3]
El ateniense Meles,[4] desdeñando el amor de Timágoras,[5] le pidió que subiese al punto más alto de una roca y se arrojase al vacío. Timágoras, que estaba dispuesto a complacer a su amado en todo lo que pidiese, así lo hizo. Cuando Meles vio que Timágoras había muerto, sufrió tal remordimiento que se arrojó desde la misma roca y murió. Por esta razón alguna gente en Atenas adoraba a Anteros como el espíritu vengador de Timágoras.[6]
Platón, describiendo la naturaleza de las emociones, habla de la experiencia del amado. Dice que cuando el amor se halla presente se le acaban las penas; pero si está ausente, también pasa por lo mismo y desea y es deseado. El otro no siente amor sino un reflejo del mismo, un «anti-amor» (Anteros).[7]
Se le suele representar como un hermoso joven de larga cabellera con alas de mariposas y algunas veces con flechas y un arco.